Según calcula la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el tratamiento del cáncer supone en España el 7% del gasto farmacéutico nacional y el 5% del sanitario. El coste directo para hacer frente al cáncer en nuestro país "asciende a 4.820 millones de euros", una cifra que representaba el 4,9 por ciento del gasto sanitario total de 2011. Los fármacos antitumorales suponen el 23% del coste total del abordaje del cáncer. Entre costes sanitarios directos e indirectos (pérdida de productividad laboral), un estudio estima que el coste total se sitúa en torno a los 6.000 millones de euros. En Europa, el cáncer supone un coste anual de 124.000 millones de euros.

El presidente de la SEOM, Miguel Martín, muy crítico con el alto coste de los nuevos tratamientos contra el cáncer, ha augurado recientemente que en poco tiempo "no vamos a poder pagarlos".
Los nuevos tratamientos para el cáncer constituyen a su vez una bella promesa de mejora de la supervivencia y de la calidad de vida; pero una promesa que podría estar reservada a unos pocos, a causa de sus precios exorbitantes... El aumento masivo de los precios de los tratamientos anticancerígenos es inversamente proporcional a la relativa debilidad de los gastos de I+D para concebir y llevar al mercado dichos medicamentos. ¿Cuánto tiempo más pueden los sistemas sanitarios soportar este efecto tijera

En un comentario publicado el 29 de junio de 2009 por el Journal of National Cancer Institute (Estados Unidos), oncólogos estadounidenses calculan que harían falta 44.0000 millones de dólares para prolongar un año la vida de las 55.0000 personas que mueren cada año de cáncer en ese país. Tras las restricciones económicas asoman rápidamente las cuestiones éticas: ¿a quién tratar cuando los presupuestos son limitados?